Concurso de cartas de amor: amor condenado

Publié le par Stefan Kaltenhäuser

Amor condenado
 
Querido Fabián:
   Hoy me he despertado agitada porque he sentido que dentro de mi sueño alguien me tocaba. Soñaba contigo, con que regresabas… tu recuerdo sigue aquí, atentándome.
   Nunca pensé que la primera vez que me enamorara fuera de esa manera.
   Cuando entré en clase me quedé alucinada: era mi primer día de curso, en un instituto nuevo y encima llegaba tarde. Tú eras un hombre alto, de piel morena y con unos profundos ojos verdes que marcaron mi existencia. Cada día me levantaba mas temprano para poder sentarme cerca de ti en clase y aunque intentaba enterarme de la lección, me era imposible. Lo único que me relajaba era tu sonrisa.
   Yo pasaba por una época de error tras error, no tenía ni idea de lo que quería. Me estaba autodestruyendo.
   Soñaba que algún día llegaría nuestro momento, pero sabía que iba a ser imposible.
   Un día nos mandaron hacer un trabajo. Cada uno estaba en una mesa de la biblioteca, observándonos, con miedo a acercarnos por el temor del otro.
   Al final nos quedamos los dos solos y decidiste acompañarme a casa ya que era muy tarde. Fue un paseo que me dejó con ganas de mucho.
   Lo que nunca me hubiera planeado ocurrió: me diste nuestro primer beso.
   Al día siguiente tu trato fue como siempre, frío, distante… pero al acabar la mañana dejaste una nota en mi taquilla, en esa nota me declarabas todo lo que sentías por mi, era como leer mi propio diario.
   Empezamos a encontrarnos a escondidas de todos y de todo. Lo nuestro era algo imposible, que no duraría por siempre y los dos lo sabíamos, lo malo llegó cuando se enteraron los demás.
   Tú decidiste que te marcharías del instituto, a Liverpool, tu ciudad natal, porque si seguías aquí nos perjudicaríamos los dos.
   Yo tenía 16 años y tu 27 y de sobra sabíamos que las relaciones entre profesores y alumnos estaban totalmente prohibidas.
   Esa mañana todo acabó con un “I love you forever…”
Pour être informé des derniers articles, inscrivez vous :
Commenter cet article